jueves, 1 de diciembre de 2016

¿Educamos en prejuicios o educamos en valores?

Una de las actividades que la profesora de Teoría de la Educación nos ha propuesto hacer ha sido leer un artículo relacionado con educar en valores y yo he escogido el siguiente: García-Lago, Virginia. (2002). ¿Educamos en prejuicios o educamos en valores? Educación y futuro. Revista de investigación aplicada y experiencias educativas, 7, 8 pp.

Este documento se basa en hacer una crítica sobre la forma de educar en cuanto a los valores que el niño va a obtener. Lo realiza debido a que desde pequeños nos narran cuentos de hadas que hace que tengamos estereotipos como el de tener un físico bonito.

Por eso, la autora de esta crítica, se hace la pregunta de si ¿Educamos en prejuicios o educamos en valores? Su respuesta toma como inicio la reflexión que ella hace sobre que desde pequeños nos muestran unos prejuicios, juicios y estereotipos que los niños aprenden en cosas tan simples como en conversaciones diarias.

Con esto, los niños aprenden lo que ven y probablemente en su día a día, cuando sean más mayores, lo seguirán inculcando a los demás.

Está el ejemplo de que la mujer hace mejor las tareas de la casa, es decir, en esta sociedad lo que se puede observar es que las mujeres tienen el estereotipo de que solo sirven para limpiar y cuidar la casa, reproducirse y ser guapas. Por tanto, critica que estamos en una sociedad donde predomina el machismo. 
No sólo aparece ese ejemplo, sino que también está el ejemplo de los gitanos, las personas marginadas y a los inmigrantes.

La autora va más allá y analiza los valores, estereotipos, juicios y prejuicios de dos cuentos populares: La Cenicienta y el Jorobado de Notre Dame.
 
La Cenicienta: critica a este personaje ya que sale como una chica guapa, rubia y con ojos azules que quiere salir de su realidad porque no le gusta, pero no lucha por ser libre, sino que espera a que alguien, el príncipe, pueda hacer justicia. En el cuento se puede ver que ella trabaja mucho y que es buena, por ello al final del cuento llega a conseguir lo que quiere y sus hermanastras y su madrastra no terminan bien.
La autora lo critica puesto que no todo el mundo que trabaja duro puede conseguir lo que pretende o cumplir su sueño.
De este cuento también critica al príncipe ya que sólo por ser guapa se enamora de Cenicienta.

El Jorobado de Notre Dame: la autora critica la figura de este personaje ya que es bueno, pero como no es agradable físicamente sólo hace de persona humilde y buena persona. Por este motivo, está claro que él no va a hacer del héroe del cuento. Hay que añadir que como no es totalmente un personaje cualificado de buenos dotes (belleza), la chica que es protagonista no se va a enamorar de él sino del otro hombre que además de ser valiente, es atractivo.
 Toda esta crítica se termina cuando introduce como deberíamos de educar, nosotros como futuros docentes, a los niños: educar en valores. Una de las medidas que se tomaría sería la de intentar analizar todos estos cuentos (los que tienen estos prejuicios y juicios) con los niños explicándoles que nadie tiene que seguir un estereotipo y menos el de estos personajes.